Es mediodía, la lluvia y los truenos son parte de la ciudad. Vas caminando por la Avenida Corrientes y la gente alborotada busca refugiarse bajo algún techo. Los vendedores de paraguas aprovechan más que nunca el negocio al grito de: “El paragua´ cinco nomá´ , paragua´, paragua´ ”.
Mientras esquivas los charcos, la vista (sí, tu vista) intenta esconderse bajo los inocentes párpados que todavía guardan fe de no ser afectados. Claro, los paraguas abundan en la ciudad y no tener uno para cubrirse se torna peligroso. Pero no para resguardarse de la lluvia, sino que para cubrirse de los demás paraguas y sus portadores.
A medida que avanzás sobre la calle, te vas dando cuenta de cuánto miedo le tenés a las puntas de metal. Sí, los pinches de los paraguas te causan temor.
Tu cabeza sólo piensa en el daño que pudiese ocasionar algún contacto de tu ojo con el “arma” en cuestión. Y eso cada vez te da más miedo.
Parece mentira, pero cada persona camina como si nada, como si realmente no tuvieran nada en la mano. ¡Pero sí, llevan un paraguas!
Luego de evadir los ataques durante un largo rato, caes en la resignación. Te preguntás: ¿Acaso cuándo andan en auto no se van fijando si pisan a alguien?, pero no encontrás ninguna respuesta.
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PEDIDO
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A la gente que porte este tipo de “armas” se les pide encarecidamente que se hagan responsables de su andar y no coleccionen ojos en el camino. Muchas gracias.
Mientras esquivas los charcos, la vista (sí, tu vista) intenta esconderse bajo los inocentes párpados que todavía guardan fe de no ser afectados. Claro, los paraguas abundan en la ciudad y no tener uno para cubrirse se torna peligroso. Pero no para resguardarse de la lluvia, sino que para cubrirse de los demás paraguas y sus portadores.
A medida que avanzás sobre la calle, te vas dando cuenta de cuánto miedo le tenés a las puntas de metal. Sí, los pinches de los paraguas te causan temor.
Tu cabeza sólo piensa en el daño que pudiese ocasionar algún contacto de tu ojo con el “arma” en cuestión. Y eso cada vez te da más miedo.
Parece mentira, pero cada persona camina como si nada, como si realmente no tuvieran nada en la mano. ¡Pero sí, llevan un paraguas!
Luego de evadir los ataques durante un largo rato, caes en la resignación. Te preguntás: ¿Acaso cuándo andan en auto no se van fijando si pisan a alguien?, pero no encontrás ninguna respuesta.
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PEDIDO
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A la gente que porte este tipo de “armas” se les pide encarecidamente que se hagan responsables de su andar y no coleccionen ojos en el camino. Muchas gracias.
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